19
May
09

CLAVES DE DISCUSIÓN SOBRE EL ORIGEN DEL CARLISMO CATALAN (1)

don carlos

 

 A la hora de historiar el carlismo, especialmente el catalán, se han sucedido una serie de hipótesis de lo más variopintas. Como denominador común, los historiadores se enfrentan a la incógnita –para ellos- del por qué del carácter popular del carlismo y su extensión en el tiempo. Hay excepciones como R. del Río Aldaz que, por ejemplo,  rechaza que la guerra realista –antecedente de las carlistas- contra el trienio liberal fuera popular. El autor plantea que ese movimiento fue minoritario y manipulado por el clero, al igual que ocurriría en las guerras carlistas. Sin embargo, la mayoría de historiadores, sin ninguna simpatía especial hacia al carlismo, reconocen su carácter popular aunque les extraña tal hecho y elaboran teorías para explicarlo. Ramón Arnabat, estudiando también el movimiento realista, reconoce que: “La complejidad de razones a la hora de explicar la incorporación de sectores de la pagesía a las filas realistas ha estado asumida por buena parte de los estudios que han realizado durante las dos últimas décadas del siglo XX” (1).

 

En las últimas décadas, la historiografía catalana sobre el carlismo y sus precedentes ha estado centrada en los estudios de Josep Fontana (2) y Jaume Torras (3). Ambos autores tratan de explicar el realismo y el carlismo como la conjunción de los intereses de ciertas elites del antiguo régimen, como cortesanos, militares y eclesiásticos, con la crisis agrícola de principios del siglo XIX. Según esta corriente historiográfica, ciertos elementos como el aumento de impuestos en metálico entre los campesinos o la crisis del campo frente a la incipiente revolución industrial, explicaría el éxito en el mundo rural de estos movimientos y su alianza con aquellas elites. Inauguran así, estos autores, un intento de explicación del carlismo desde una vertiente economicista. Esta tesis ha sido aplicada para explicar fenómenos como La Véndee, la Chuannerie, el Miguelismo, el Ave María o la Santa Fede. Pero esta tesis es incapaz de explicar la persistencia del carlismo, a diferencia de otros movimientos contrarrevolucionarios. Historiadores con cierto prestigio, aunque muy condicionados ideológicamente por su sentimiento anticarlista, como Pere Anguera, han centrado su explicación en las crisis económicas de la pagesía, lo que a su entender explicaría la desesperación de los campesinos que les llevaría a la guerra. Obras como Déu, Rei i fam (4), son un claro ejemplo de historiografía dominada por la ideología del autor.

 

…continuará.

 

(1) Ramon Arnabat, Visca el Rei i la Religió! La primera guerra civil de la Catalunya contemporània (1820-1823), Pagès editors, Lérida, 2006, p. 498.

(2)  Cf. Josep Fontana, La fi de l´Antic i de la industrializació, 1787-1868, Barcelona, 1988.

(3)  Cf. Jaume Torras, La guerra de los Agraviados, Barcelona, 1967.

(4) Cf. Pere Anguera, Déu, Rei i fam. El primer carlisme a Catalunya, Publicacions de l´Abadia de Montserrat,  Barcelona, 1995.

 

11
Mar
09

CRÓNICA MARTIRES MONTCADA 2009

p1100480

El aire, ligeramente fresco, contrasta agradablemente con un Sol esplendoroso. Hoy es 8 de marzo de 2009, un domingo perfecto para acordarnos con gratitud y cariño de  aquellos que entregaron sus vidas en este mismo lugar, con tan sereno valor y con tan gran corazón. Estamos en  el cementerio viejo de Montcada y Reixac, celebrando, como catalanes bien nacidos, la fiesta de los Mártires de la Tradición.
 
A poco más de las 11 de la mañana y oficiada por un sacerdote de la congregación de los Misioneros de Cristo Rey, da comienzo la Santa Misa, que es seguida por todos los presentes con el natural recogimiento. Nos habla el Padre Jaime del supremo sacrificio de quienes entregaron sus vidas por amor a Cristo, y del no menor de quienes aceptaron, con resignación cristiana, la pérdida cruenta de sus seres más queridos. Así nos recuerda la gesta del Alcázar y del valeroso Coronel Moscardó que, conminado a rendirse si quería que las ordas marxistas respetasen la vida de su hijo, prefirió, cual moderno Guzmán el bueno, que le arrebataran la vida a su hijo antes que traicionar a quienes a él confiaron sus vidas.
 
Así vemos a nuestros mártires de Montcada: Prestos a servirnos de ejemplo con su sangre pues, lejos de guardarla para sí, la entregaron por Cristo… y por nosotros.
 
Nos preparamos para el Vía Crucis. Nos sobrecoge a todos el corazón, recordar el horror de las masacres que justo donde nos encontramos acontecieron, pues aquí murieron asesinadas, en “secreto”, unas 2000 personas. Los traían de noche, los mal mataban y muchos agonizaban durante horas. Sus satánicos torturadores bajaban al pueblo y riendo como hienas, les decían a los enterradores: “ya tenéis más carne fresca”. Y la “carne fresca” esperaba hora y horas hasta alcanzar el merecido descanso en los brazos amantísimos de María, nuestra Madre. Y así, con el corazón abierto, vamos desgranando nuestras oraciones. Por nuestros muertos y por las almas de sus verdugos.
 
Terminado el emotivo Vía Crucis, nos enardeció Don Manel Rodríguez, delegado de comarcas de la Comunión Tradicionalista Carlista, quien desgranando nuestro cuatrilema, hizo una encendida defensa de la necesidad angustiosa que tiene nuestra amada Cataluña de la acción y del valor de sus hijos carlistas.
Cerró el acto Don Juan Ramón Brustenga, que nos leyó el manifiesto de la Comunión Tradicionalista Carlista, donde, tras recordar el elevado precio en sangre que los carlistas hubimos de pagar por nuestra significación política en el pasado, insistimos en nuestra más profunda vocación social: Los enemigos de Dios han elegido atacar a la Iglesia desde la política, y desde la política estaremos los carlistas defendiendo a la Iglesia, a la Patria y a las familias.
 
¡Aquí estamos! Un centenar largo de carlistas de todas las edades, que gritamos con fuerza y amor aquello que gritaron nuestros mártires mientras expiraban:

¡Viva Cristo Rey!

09
Mar
09

Manifiesto Montcada 2009

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Manifiesto Montcada 2009

Festividad de los Mártires de la Tradición

Comunión Tradicionalista Carlista

 

Amigos y Correligionarios:

 

Nos congratulamos al reunirnos en este lugar sagrado, regado con la sangre de verdaderos Mártires de Cristo, para celebrar la festividad de los Mártires de la Tradición.  Se cumple este año el 70 aniversario de este entrañable acto. Recién liberada Barcelona por las tropas nacionales, en 1939, un grupo de carlistas, a pesar de las prohibiciones gubernamentales, se concentró en este mismo cementerio para honrar a sus muertos. Desde entonces, ininterrumpidamente, el carlismo catalán ha tenido a bien ser fiel a este compromiso para con aquellos que testimoniaron con su vida al Señor de la Vida.

 

Los acontecimientos que hoy queremos rememorar están plenos de simbolismo. La capilla en la que hemos celebrado la Santa Misa, se erigió sobre la fosa común donde yacieron 1.198 asesinados. De entre ellos se pudieron identificar un centenar de carlistas aunque sabemos que muchos cuerpos de nuestros correligionarios nunca pudieron ser reconocidos, convirtiéndose así en héroes anónimos ante los hombres pero no ante Dios. Igualmente, ante los muros del cementerio, fue fusilado el Obispo de Barcelona, D. Manuel Irurita, de raigambre tradicionalista. Todavía hoy, los enemigos de Cristo, se empeñan en negar su martirio y en reconocerle la palma que merece. Entre los primeros ejecutados, que precedieron a muchos más, no podían faltar unos bravos carlistas que queremos recordar: eran los hermanos Jaime, Luis y Francisco Argemí Farrán, humildes jornaleros de Barcelona, que fueron fusilados el 22 de julio de 1936. Mirando a nuestro alrededor podemos ver el cinturón industrial de Barcelona, donde impera el descreimiento y la secularización; donde las promesas de falsas libertades, y un más que falso bienestar, tantos estragos causan en las almas. Qué mejor ejemplo para estos tiempos que esta familia de humildes trabajadores que fueron fieles a sus ideales hasta la muerte.

 

 

Esta no sería la única familia carlista inmolada en este camposanto. Los cuatro hermanos Forcada Muñoz -Alfredo, Francisco, Ignacio y José- de Manlleu, caerían fusilados el 13 de febrero de 1937. El odio se cebó incluso en mujeres como Carmen Esquirol Blajot, margarita también asesinada esa fecha. El sacrificio martirial que sufrieron las familias carlistas catalanas, y tantas otras familias católicas, es motivo de reflexión. Hoy, los enemigos de Cristo y la Iglesia, se ceban en la familia. La presente democracia no ha cejado de legislar contra la institución familiar. En treinta años hemos sufrido desde la ley del divorcio, impulsada por un gobierno de centro-derecha, la UCD plagada de católico-liberales, hasta la actual ley de matrimonio de homosexuales; pasando -¡cómo no!- por una infame ley de despenalización del aborto que permite el asesinato de 100.000 no nacidos cada año, y que aún quieren ampliar más. Que nadie se engañe, los ataques a la familia no vienen sólo de la izquierda. Gobiernos autonómicos conservadores como el del PP en Valencia, CiU en Cataluña o UPN en Navarra, legislaron antes que los socialistas a favor de las parejas de hecho. Es esta Democracia, en sí misma, la que no quiere que Cristo reine sobre nosotros. Actualmente, la clase política consagra y lidera la soberbia humana y la apostasía colectiva que estamos viviendo. Y frente a la apostasía no queda otra arma que el testimonio. Por eso nos hemos congregado aquí, para alimentarnos del testimonio de aquellos que nos precedieron. Tenemos por seguro que si nos olvidáramos de nuestros mártires acabaríamos errando en nuestra labor política. Hoy, tristemente, muchos católicos que militan en partidos liberales se acomplejan de la gesta de nuestra Cruzada y callan sobre la persecución. Al negar la sangre martirial que corrió por la tierra catalana, han perdido el sentido de nuestras raíces y, por ello, son incapaces de mantener posturas políticas coherentes con la fe.

 

No es de extrañar, por tanto, que el gobierno socialista se propusiera impulsar una Ley de la Memoria histórica, con el fin de borrar los últimos restos del recuerdo de la Cruzada del 36. Porque, no lo olvidemos, para muchos -especialmente para el carlismo- fue una verdadera Cruzada y no meramente una Guerra civil. Esta Ley de la Memoria histórica tiene como fin desmemoriarnos, enterrar la historia y arrebatarnos el recuerdo de los Mártires. Peor aún, quieren convencernos que los mártires fueron verdugos y que los verdugos fueron mártires. Es por esto, por lo que debemos estar aquí y volver año tras año, para reafirmar la verdad histórica y para demostrar nuestra firme convicción de querer seguir existiendo tal y como somos; seguir pensando, tal y como pensamos; seguir creyendo, tal y como creemos. Quieren que olvidemos los más de 8.000 asesinados en Cataluña entre 1936 y 1939; entre ellos miles de sacerdotes, religiosos y religiosas y cuatro obispos, incluyendo al Obispo Polanco de Teruel ejecutado en Gerona. Pero es nuestro deber perpetuar su memoria, por ellos y por el bien de nuestra amada tierra catalana.

 

Algunos piensan que el carlismo debería aceptar su desaparición, o al menos dedicarse al recuerdo histórico, pero no a la política. Sin embargo, creemos que nuestra misión está en el ámbito político. Porque este es el campo que han elegido los enemigos de Dios y de la Iglesia para librar el combate. Desde los Parlamentos e instituciones se legisla contra la Iglesia, la Patria y la familia, y es ahí donde debemos estar. No importa que seamos pocos o muchos. No importa que los medios sean escasos. Nos cuentan las crónicas que, cuando se inició el proceso de identificación de los mártires carlistas de Montcada, muchos familiares no pudieron costear siquiera el traslado o el enterramiento. Solamente pudieron dejar sobre las cajas que contenían los restos de sus seres queridos una boina roja a modo de signo sublime de los ideales por los que ofrendaron sus vidas. ¡Qué gesto tan humilde! pero cuánto valor ante Dios. Aprendamos de aquellos carlistas y de su entrega. Mientras que la clase política sólo sabe enriquecerse con sus corruptelas, nuestra riqueza está en la honestidad; mientras que su fuerza está en la prepotencia del Estado, nuestra fuerza está en Dios.

 

Nos adentramos en el tercer milenio de nuestra era y este siglo será el del combate en el que se dilucidará el futuro de la Cristiandad. Preparémonos, pues la lucha será larga y dura. Que nuestra bandera sea la jaculatoria que lanzaban nuestros mártires ante sus verdugos y que les abría las puertas del cielo. Gritemos todos juntos con ellos:

 

¡Viva Cristo Rey!

 

Cementerio de Montcada y Reixac, 8 de marzo de 2009

 

13
Feb
09

OPINION – AUDITORIA DE COMPTES

Su sistema ha acabado embarrancando. ¿Ellos serán capaces de sacarnos de esta crisis?. En el último debate parlamentario hemos visto su imprevisión, su impotencia y su sequia mental. 

El primer paso es saber cual es la situación real de las cuentas del Principado. 

El Sindic de Comptes habría de realizar una auditoría del conjunto de las instituciones; fiscalizando las cuentas de la Diputación General, de las Diputaciones Provinciales, de los Consells Comarcales, de la Entitat Metropolitana y de los Ayuntamientos. Pero en su totalidad de compromisos y obligaciones,incluyendo también las empresas de participación pública y las obligaciones con contratas de servicios. 

Hay muchas preguntas. Por ejemplo ¿que porcentaje de los ingresos de los ayuntamientos ha venido del sector de la construcción (recalificaciones-permisos-etc)?. 

Conocer la verdad si daría confianza. 

Joan Serralada